Recién sentadas en el micro que nos llevaría a Miramar, Tatá no dejaba de arrojarle besos a su papá a través de un vidrio fijo. Al rato me dice: no quiero saludarlo más a papá... y puchereando agrega: Má, se me van a caer las gotas de llorar!! y rompió en llanto desconsolada. Me salen de acá, me decía tocándose el pecho.
Tierna!!!! Hermosa, describiendo su emoción.
Apenas avistamos el mar desde la ventanilla del micro, le digo: Mirá Ber, el mar...las olas...las gaviotas!!!!!! y mira fascinada el paisaje. A los 2 minutos me dice: Má ya estoy harta del mar...las olas y las baviotas!!!!!!!!!!!!
1 comentario:
Chica urbana busca shopping sin vista al mar y sin baviotas.
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