La duda por la reciprocidad es nueva en la lista de mis dudas.
Si yo me turbo, ¿vos te turbás?
Cuando yo me inquieto ante tu presencia, tan cercana, ¿vos te inquietás?
Si a mi sólo me apacigua pensarte con los ojos cerrados, ¿a vos, qué te serena?
Suele suceder que mientras vos hablas con la verdad yo me remuerdo, me consterno ante tu solidez
y pienso: ¡que me desgaje la honra, que me despedace urgente en un abrazo!
Decime, exigime, esclareceme esta duda.
Ennobleceme esta lujuria.