martes, 27 de enero de 2009

busco compa de olas

No me gusta la playa en si misma, tampoco sus rutinas, no me gusta el viento en la playa, no me gusta la arena intrusiva...pero todo eso y más lo tolero y vuelvo a elegirlo si pienso en meterme en el mar. Ahí si, me emociono de solo pensarlo.
Cuando era chica, no tan chica y hasta adolescente, era lo más entrar al mar con mi hermano, me mandaba a poner la enteriza y entrabamos corriendo a los gritos como malón, nos sorprendía el atardecer y las maromas de mamá desde la orilla, siempre el mismo comentario: pensé que se habían ahogado!!!!! Exhaustos nos retirabamos, pensando en la próxima.
Nunca más encontré compañero para estos baños de carcajadas, ni novios, ni marido, ni amigas, ni nada!!!!!
Entro sola, como loca mala, y hablo sola todo el tiempo, y en seguida empiezo a reirme, al principio, bajito y en breve, ya no hay disimulo, me tiento, grito, hablo y hablo, desafío a las olas, les agradezco, juego, juego, no puedo parar, me agoto, me duelen los brazos, me hago pis(si, me encanta hacer pis en el mar)pero al toque me da miedo y siempre me pregunto: vendrán tiburones si huelen mi pis??!!!( bueno, es que cuando entro en el mar saco a mi niña a saltar olas conmigo y ella pregunta también!!!)
Quiero un compañero de olas, urgente, ni un verano más, ni uno, eh?!

TATÁ TEMPORADA 09 vol.II

No se le animaba al mar, lo toreaba desde la orilla, a los gritos y carcajadas. Se pasaba todo el tiempo haciendo coreografías convirtiendo al mar en su público...y me tenté: Tatá al mar, dale, de la mano con mamá!!, dale que conmigo no pasa nada!!! dale, por fa!!
La convencí, en la primera ola que rompe se me cuelga con las dos piernas a la cintura en un movimiento casi gatuno, cara de horror, yo tentada de la risa sigo avanzando, nos tocan dos olas feroces, una pegada a la otra...la miro y me mira desencajada, todos los pelos descontrolados y pegados por toda su carita, yo no podìa parar de reirme. Me dice muy seria: Má!!! no es lindo que me entre el mar por todos mis abujeros!!!!volvamos yaaa a la orilla.

Todavía me río mientras lo escribo.

domingo, 25 de enero de 2009

TATÀ TEMPORADA 09

Recién sentadas en el micro que nos llevaría a Miramar, Tatá no dejaba de arrojarle besos a su papá a través de un vidrio fijo. Al rato me dice: no quiero saludarlo más a papá... y puchereando agrega: Má, se me van a caer las gotas de llorar!! y rompió en llanto desconsolada. Me salen de acá, me decía tocándose el pecho.
Tierna!!!! Hermosa, describiendo su emoción.


Apenas avistamos el mar desde la ventanilla del micro, le digo: Mirá Ber, el mar...las olas...las gaviotas!!!!!! y mira fascinada el paisaje. A los 2 minutos me dice: Má ya estoy harta del mar...las olas y las baviotas!!!!!!!!!!!!

sábado, 10 de enero de 2009

ADELA SAN MARTIN DE OLMOS

Un sueño más lleno de la abuela, en su plenitud, como siempre va a quedar en mi memoria.

Una vuelta en bici por el barrio, una vuelta larga, dos horas. Pasando por la puerta de la que fue su casa.
Sintiendo el aroma inconfundible de Olivos, subir por Alberdi, los mismos árboles, el aroma de la infancia.

El viento en la cara, sin horarios, las lágrimas tibias.
Esa sensación de libertad tantas veces perdida y tantas otras encontrada.

Las historias del pasado contadas los domingos por la tardecita justo antes de la hora de la pavada.
El espiral sacando humo, la picada, Me voy pal’pueblo sonando, el vaso de “agua” junto al sillón, el baño helado en la terraza, el atardecer en su cuarto blanco, el cuento de la jirafa, la sacada de quesitos, los palmitos, la Cola, la leche Serenito, el Sandy de chocolate, tu Pacco Rabanne…

Como te olvidaste de todo eso?! Donde lo guardaste?!

Quiero creer que en sueños volvés a ser la misma, que nunca envejeciste, que nos guardas en un rincón donde el tiempo nada lo altera, que te despertas con nuestro olor y ahí lo guardas una vez más esperando para llevártelo un atardecer tranquila oyendo nuestras risas.

Traté de encontrarte el primero de año, me esquivaste con la mirada perdida…pero sonreíste cómplice, con la mirada perdida aún, cuando te decía las frases que nos repetías siempre, cuando contaba nuestras anécdotas en La Lucila y entonces supe que ese rincón impoluto donde nos preservas a todos te habita y te alimenta.

Gracias por tanta alegría, por tantas caricias, gracias por poder disociarnos de los problemas, por hacernos tan felices una vez por semana siempre.

Te llevo de la mano y te miro desde abajo, te mira mi niña, te llora mi niña, te extraña tanto mi niña…nos volveremos a ver…

…tu negrita.