domingo, 28 de diciembre de 2008

SOLA

Y de repente me atrevo a estar sola…no voy a engañarme tampoco y decir que no intenté aturdirme…pero pude detenerme a tiempo.
Y en mi soledad me reencontré con mi casa, con mi música, con mis fantasmas. Y me reí sola y casi no hablé con la gata.
Me di cuenta que no necesito tanto aquello que buscaba desesperada, que cuanto menos lo busco más rápido aparece.
Que extraño a mi hija más que nada en el mundo, que soy feliz con una peli, un libro y algo dulce y algo salado.
Me acordé lo que me molesta que suene el teléfono.
Me olvidé que hasta hace muy poco rogaba que suene.

jueves, 4 de diciembre de 2008

MI JULIETA

Una sola muerte me rozó en mi vida, por lo menos desde que supe que había muerte. Julieta se fue de repente una noche de abril hace unos diez años, un infarto masivo. Se le partió el corazón en dos. No le aguantó tanto vivido en tan pocos años. Era la mejor amiga de mamá y era mi segunda mamá.

Todavía la busco, todavía espero cruzármela por Olivos. La sueño y me parece que puedo llamarla y contárselo. Cuando supe que estaba embarazada nos abrazamos en un sueño, a cada cosa importante que me pasa le falta su cafecito y el humo de cigarrillo negro para completarla.

Pasan los años y no logro acostumbrarme a su ausencia, siempre pienso en sus hijos, en su pareja, en mi mamá ¿cómo hacen? ¿dónde les duele a ellos? ¿por dónde se la sacan?..

Tenía siempre un olor a pelo limpio y a humo, pero no de cigarrillo, a humo de fogón, de chimenea y nunca tuvo chimenea, siempre me preguntaba de donde se le pegaría ese olor, pero no lo tenía sólo en la ropa, le brotaba de la piel. Jamás le sentí ese olor a nada ni nadie más que a ella. Puedo sentirlo cada vez que la pienso y es como si estuviese conmigo, me dejó ese recuerdo, un libro de Mariana Pineda, su vestido de civil, la noción de la lealtad y de la amistad inquebrantable.

Te traigo cuando quiero y a veces cuando vos querés, te llevo conmigo todo el tiempo, hasta la victoria siempre, mami.