jueves, 2 de octubre de 2008

LA SEGUNDA ESTRELLA A LA DERECHA

Hoy fue un día tremendo, cero paciencia, menos diez de tolerancia y dolencias físicas a la carta. Cuando ya estaba resignada a volver a perder la alegría primaveral, mi hija tuvo la magnífica idea de ver El regreso al País de Nunca Jamás (por vigésima vez). Nos metimos en la cama y abrazadísimas nos sumergimos en el mundo de Peter Pan…llegando al final mi princesa me abandonó para irse de la mano de Morfeo y yo quedé atrapada en la trama.

Fe, confianza y polvo de hadas, dijo Jane (la hija de Wendy) antes de dejarse caer al mar desde el barco del Capitán Garfio…abre los brazos, sonríe plenamente, vuelve a sentir la infancia en sus venas, un centímetro antes de tocar el agua, se eleva suavemente y comienza a volar…se me cae una lágrima y me resbala hasta la comisura de la sonrisa.

Me emocioné, hoy que pensé que era un día malísimo, hoy que ya le estaba acomodando una capa más a mi armadura, me emocioné. Y pude sentir vestigios de fe, confianza y polvo de hadas. Y reviví la sensación de volar feliz como en mi sueño reiterado, cuando puedo volar segura por la calle Edflein.

No sé si alguna vez tuvieron la suerte de soñar que volaban, yo si y no hay nada más placentero y esperanzador que eso.
No sé si alguna vez se atrevieron a preguntarse si creen en las hadas, yo no me lo pregunto, creo.
Hoy voy a dormirme pidiendo soñar que vuelo.

Es raro, no creo en los hombres y creo en las hadas...


Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
 
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora

de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra

y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?

(Jorge Luis Borges, El sueño)


1 comentario:

mago solar dijo...

"Nada de pastillas. Ni de cremas milagrosas. Ni reposo. Ni libros de autoayuda comprados en las librerías de la Av.Corrientes. Ni sesiones extra de terapia. Nada de eso calmaría mi tristeza. Lo sabía perfectamente. Algo debía hacer, pensé en tomarme el día libre, sin ir a la oficina, pero lo descarté porque de esa manera tendría mas tiempo para pensar y eso ,en ese momento,no me ayudaría. Pensé tambien en dejar que fluya esta sensación, que salga para afuera , sin hacer nada planificado, con la esperanza de que se me pasaria solo. También tuve la intencion de llamar a algun amigo de esos que siempre estan para salir a tomar algo, a cenar.
En medio de éste debate conmigo mismo y sin planificarlo llegó mi calma…. Una guitarra, unas copas de rico vino tinto, velas, música. Empece a tocar y a cantar bajito, sus ojos le brillaban y los míos se empañaban. Una canción, y otra, y otra más. Cada nota se metía en mí, hacía tiempo que eso no pasaba, cada musa escrita vaya uno a saber en ese momento para quién había sido, me llegaban al corazón y de a poco lo sanaban. Sin quererlo, empecé a escuchar lo que decía, a sonreír, y mientras me secaba los ojos llorosos como quien disimula una pelusa, mi sonrisa cada tanto se encontraba con la suya.
Terminamos pegados, mas unidos que juntos, y después de un abrazo profundo , muy profundo se fue, dejándome acostado en mi cama, sereno y frágil. Ya sé que lo soñé. O no. Pero estuvo ahí, como si nunca hubiera partido.

Y pensar que hasta ese día, no creía en las hadas…"

quien dice que la sinergia no existe. ésto fue escrito el 2/10. te lo comparto.Luego de escribir "las brasas".