Primera cita, primera mañana.
Había sido una noche llena de descubrimientos.
Por primera vez estaba con un
morocho. La luz encendida durante toda la acción, no me alcanzaban los ojos
para mirar tanto paisaje nuevo.
En la mañana todo muy raro,
él besándome apenas abrimos un ojo.
Raro, enamorador. Miedo.
Alertas titilantes.
Como nada es perfecto, no
hubo desayuno en la cama.
Y ahí el ruido:
Él- ¿qué desayunás? - No
sé...lo que desayunes vos.
¿Tomás mate?, yo tenía un set
de mate que quedó de una vez que traje una mina que era una enferma del mate,
" si no desayuno con mate, no me
quedo" y ahí nomás bajé al supermercado a comprarle todos los implementos
con tal de que se quede. Al final resultó una loca y me la saqué de encima.-
¿¿¿¡¡Perdónnnn!!??? No es posible
que este tipo me esté contando esto. ¿Qué manual de caballeros había leído?
Claramente, me está espantando, sino no se explica.
O sea, 1ro: me dejó claro que
no era algo especial el hecho de que me quedara en la primera cita a dormir.
2do: que con tal de garchar
vuela a comprar lo que cualquier colifa le exija.
3ro: no le importa en lo
absoluto afectarme con el relato.
Hace dos meses que estoy con
él, desgraciada y peligrosamente enamorada.
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